El Guggenheim de Bilbao instala durante tres años una icónica obra de Lucio Fontana en su atrio marzo 17, 2021 – Posted in: Prensa
Lucio Fontana es, para muchos, sinónimo de arte violento y crudo. El artista se atrevió a definir su propio arte e iniciar un movimiento que revolucionó a la pintura como la conocemos.
Nació en 1899 en Rosario, Argentina. Antes de sumergirse en el mundo del arte se enlistó en el ejército italiano para combatir en la Primera Guerra Mundial, donde lo hirieron. Al regresar a su país natal, trabajó junto a su padre como escultor antes de abrir un estudio propio y volver a Europa donde vivió un par de décadas.
Años más tarde, en Argentina fundó la Academia Altamira donde su interés enardecido por la ciencia y la tecnología le ayudaron a concebir el Manifiesto Blanco, que dicta:
“La materia, el color y el sonido en movimiento son los fenómenos cuyo desarrollo simultáneo integra el nuevo arte” Manifiesto Blanco (1946)

Con él, cuestionaba la visión occidental bidimensional a la pintura y propuso métodos atípicos para revolucionarla. Por ejemplo, utilizar un cuchillo en lugar de un pincel para dar una nueva dimensión a sus obras. Fue el manifiesto la base de lo que posteriormente definiría como espacialismo.
El espacialismo es “una búsqueda para transformar materia en energía e invadir el espacio de una forma dinámica”. Animado por este principio, Lucio Fontana introdujo todo tipo de materiales a sus obras, tanto a sus pinturas como a sus esculturas.
