Un Caravaggio en Madrid: entre la alegría y las asperezas legales abril 29, 2021 – Posted in: Uncategorized, Prensa – Tags: Arte, arte renacentista, Caravaggio, patrimonio cultural
Una familia de Madrid poseía, sin saberlo, un óleo atribuido al reconocido pintor italiano Michelangelo Mersi, más conocido como Caravaggio (1571-1610). En cuenta de la belleza del cuadro y su particular técnica, los propietarios lo llevaron a subasta en la Casa Ansorena, con la intención de obtener unos cuantos miles de euros. Sin embargo, los “detectives de artes” rápidamente iniciaron su labor, y determinaron que aquella pintura, un Ecce Homo, podía ser de Caravaggio.
Vale acotar que los llamados “detectives de artes” son expertos en detectar tesoros y también falsificaciones, o pesquisar obras de arte robadas, por lo que su trabajo es muy buscado por los cuerpos policiales de varios países, sobre todo en Europa, donde el mercado del arte se mueve con dinamismo y genera cuantiosas sumas de dinero. Por ello, una vez que diversos expertos sugirieron la posibilidad de que se trataba de un Caravaggio, se produjo una carrera de ofertas para adquirir la obra antes de la subasta.
En efecto, el tono emocional impreso en la figura humana, así como el tenebrismo propio de Caravaggio, que se genera por el uso dramático de la luz, son pistas ineludibles para considerar al insigne pintor italiano como autor de esta pintura. Inmediatamente se paralizó la subasta que la Casa Ansorena iba a realizar el 8 de abril, y el cuadro fue retirado.
Más allá de lo esperado, los propietarios del Caravaggio pasaron a ser poseedores de una inmensa fortuna. Sin embargo, aparte de la alegría por el hallazgo, se sumergen en un sinnúmero de problemas que deben trabajar y desentrañar, según relatan Patricia González y Ana Marcos, en El País de España (https://elpais.com/cultura/2021-04-18/descubrir-un-caravaggio-en-casa-millones-burocracia-y-ansiedad.html).
Las reporteras citan las palabras de Arthur Brand, experto en arte: “El mundo del arte es un lugar opaco y hostil, sobre todo si no estás acostumbrado a jugar el juego”. Incluso si no hay engaño, el descubrimiento abre un enorme ¿y ahora qué? ante los dueños. “¿Dónde lo guardo?, ¿qué papeleo necesito cumplimentar?, ¿tengo que pagar impuestos?, ¿cuánto se va a alargar el proceso de autentificación?, ¿lo podremos vender?, ¿mejor a una institución o a un particular?, ¿y si al final no es una obra maestra?”, enumera el experto. Y añade: “Estarán nerviosos: es un proceso que implica mucha burocracia y mucha ansiedad. Hay que armarse de paciencia… y no comprar el yate todavía”.
Interviene el Estado: el patrimonio cultural
El cuadro de Caravaggio fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el pasado 14 de abril de 2021, por lo cual no está permitida su salida del país. Esto perjudica a los dueños, quienes pudieran haber obtenido más de 100 millones de euros en el mercado internacional; en tanto, su valor en España se sitúa alrededor de los 30 millones. Igualmente, deben estar pendientes del tanteo del Estado, si acaso la Comunidad de Madrid se interesa en adquirirlo.
Por lo demás, al ser depositarios de un bien de interés cultural, los dueños deben tener sumo cuidado en el tratamiento de la obra, consultar expertos, considerar las recomendaciones de restauradores oficiales para evitar que pase el desaguisado que ocurrió en Borja con el Ecce Homo de la Iglesia de esa pequeña localidad. Todo un sinfín de problemas se les crea a estos afortunados poseedores de la obra, quienes tienen ahora que lidiar con técnicos, autoridades, fiscales y el entramado burocrático que nunca falta. El experto holandés antes citado dice al respecto: “¿Mi consejo? Haz una fiesta para celebrar el hallazgo e inmediatamente después, busca un abogado”.
La experiencia en otros países
Un caso similar ocurrió en Francia con otra obra de Caravaggio, en 2014. Esta fue descubierta en un desván de Toulousse, y fue inmediatamente declarada tesoro nacional por el Estado francés, el cual bloqueó su exportación durante años, reservándose el derecho de compra preferente hasta que expiró su plazo y pudo ser finalmente vendido (por unos 150 millones) en 2019 (Goncálvez y Marcos, ídem). “Ese mismo año, una anciana de Compéigne, al norte de París, llevó a una casa de subastas lo que creía que era un antiguo icono ruso que tenía colgado junto a la cocina. Resultó ser obra del maestro primitivo italiano Cenni di Pepo Cimabue (siglo XIII). Lo vendió por 24 millones de euros. Pero Francia paralizó la salida del cuadro, otorgándose 30 meses (que se cumplirán en verano de 2022) para igualar la oferta. La anciana murió poco después de la venta” (ídem).

En el Reino Unido, todos los hallazgos deben ser reportados, tanto si se trata de tesoros artísticos como arqueológicos. Solo en el año 2020 se registraron 47.000 reportes, y los dueños de cada tesoro deben permitir que el equipo de expertos evalúe su autenticidad, detecte falsificaciones y ponga precio a las obras. Luego, se presentan los vericuetos de quién compra y quién vende, y qué porcentaje del monto total le corresponde al Estado. No obstante, una vez declarado tesoro nacional, los Museos tienen prioridad sobre los objetos. Entre los descubrimientos de 2020, hay algunos realmente asombrosos, como un tesoro de los Tudor, la importante familia de la nobleza del siglo XVI.

En países como Venezuela existen mayores regulaciones en lo que respecta a la propiedad privada de bienes culturales considerados “patrimonio nacional”; no obstante, la mayoría de los países imponen restricciones y fiscalizaciones al respecto, para evitar la fuga de tesoros nacionales y su comercialización en el mercado negro.